Desde julio 1 hasta agosto 31, mientras el sol desciende y los tonos carmesí y lavanda tiñen el Sky, el sonido resuena sobre el agua. De entre las sombras aparece el gaitero, levanta su instrumento a sus labios y con cada nota que flota en el aire fresco de la tarde resuenan los ecos olvidados de viejos mundos. Dulce y triste mientras el sol se rinde en el horizonte, el sonido perdura como un recuerdo imposible de atrapar, pero siempre presente, como si el mundo mismo se detuviera a escuchar.