Gracias a la situación central de Frankfurt dentro de Europa, la ciudad se convirtió rápidamente en un centro de comercio internacional desde sus inicios. Como resultado, tiene una larga historia de rica diversidad cultural. Como los ciudadanos de Frankfurt viajaban mucho, también desarrollaron un gran interés por las cuestiones académicas y científicas fundamentales de su época. Ese interés se refleja en la colección del Museo Weltkulturen, que hoy facilita y apoya el papel del museo como lugar clave para el intercambio intercultural.